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SOMOS TODO UN PROCESO

SOMOS TODO UN PROCESO

by The Reverend Dr. Alvaro Pinzon on March 20, 2024

La vida humana tiene sus propios pasos que se van dando de modo gradual a través del tiempo. Es un caminar continuo que nunca termina. Escucho decir “nunca dejamos de aprender algo nuevo cada día”.  En este sentido, no puedo dejar de imaginar a Jesús caminando en el desierto por 40 días bajo la guía de su Padre.  Por otro lado, como humanos podemos estar sometidos a diferentes pruebas físicas, mentales o emocionales cada día que caminamos. Algunas de estas pruebas son inevitables y nos ponen en tensión porque no sabemos bien como sucederá todo. Por ejemplo, algunas personas me piden orar por ellos porque en su caminar fueron sometidos a un cáncer y no saben cómo pasará todo.  

Conocemos por la escritura que Cristo es el camino, la verdad y la vida. Quiere decir que Cristo recorrió el caminar que cada uno de nosotros llevamos.  Es el proceso modelo de la experiencia humana que lo trasciende todo. Además, el proceso de Jesús es único y sin precedentes. Todo ser humano pasa por un proceso similar al de Cristo, sin embargo, el más singular hasta el día de hoy es el de Jesús de Nazaret.   

En nuestras calles de Houston, cuando alguien se equivoca y hace una infracción de tráfico es sometida a una evaluación de su forma de conducir un vehículo. También cuando alguien hace algo indebido que afecta al otro gravemente es llevado a un proceso de investigación. De hecho, recuerdo cuando presidí casos penales donde algunas colegas fueron sometidos a un proceso judicial donde había una penalidad. Estas personas eran sometidas a investigaciones preliminares, luego se definía la causa del proceso, se pasaba a la fase probatoria para terminar en una sentencia final. A esto se le llama estar sometido a un proceso penal. A este proceso penal también fue sometido Jesús. 

La tensión que generan estos procesos es horrible porque de resultar culpables son penalizados. No me puedo imaginar todos los pensamientos y sentimientos por los que pasaban los ministros que fueron y son procesados incluido los jueces de la corte. Con esto quiero decir que en la vida caminamos constantemente en medio de procesos de diferentes formas desde que nacemos hasta el final de la existencia. Lo mejor de todo es que ya sea que pasemos o no por un proceso con penalidad la madurez y transformación del ser lo requiere.  

Recuerdo que hace unos años un buen día me llamo un colega para decirme que lo ayudara a discernir su proceso penal porque estaba suspendido del ministerio sacerdotal. Lo estaban investigado por haber evadido la responsabilidad que tenía con sus hijos. Fue muy difícil este proceso para este colega porque fue encontrado culpable y por lo mismo penalizado. En el caso de Jesús, una vez entrenado por los caminos escabrosos del desierto, ahora es llevado ante los magistrados judíos. El evangelio de Juan nos informa que primeramente lo llevaron ante Anás y Caifás. Según la ley hebrea, la comparecencia de Jesús ante Caifás fue irregular porque Anás, suegro de Caifás, había sido destituido de la posición de sumo sacerdote. Sin embargo, Caifás, como Juan procura informarnos, era “el que había dado el consejo a los judíos, de que convenía que un solo hombre muriese por el pueblo”.

A pesar del celo por la aplicación de la ley por parte de los magistrados judíos, el examen preliminar contra Jesús fue ilícito, porque el código hebreo disponía que, en cualquier causa ante un tribunal, el testigo acusador debía detallar sus cargos contra el acusado, y que éste debía ser protegido de cualquier tentativa de hacerlo testificar contra sí mismo.

Dijo Jesús ante el sumo sacerdote: “públicamente he hablado al mundo; siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en oculto.” Además de esto los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falsos testimonios contra Jesús, para entregarlo a la muerte. Por otro lado, se requería que los acusadores comparecieran en persona. Aun así, con testigos falsos no hallaron causa contra el prisionero por falta de consistencia.

Jesús, aunque vio la miopía humana, tuvo compasión y con grandeza llevo adelante su misión, a pesar de la tensión y la injusticia de su proceso. En ningún proceso humano que conozca ha pasado lo que paso en la vida de Jesús. Jesús no solo dejó evidencias de su divinidad, sino que toda mentira quedó al descubierto. Por otro lado, quedó evidenciado que el poder de Dios lo puede trascender todo.   

La visión de Jesús acerca de la vida es completamente diferente a la visión de los magistrados judíos.  Los judíos de aquel tiempo pensaban en la construcción física del templo, no en la restauración del cuerpo como persona. Aún hoy algunos consideran que la solución más importante es física y no espiritual. Jesús pasó por la tribulación hasta la muerte y de allí pasó a la vida eterna mediante de la resurrección. Los invito en estos días de contemplación a que reflexionen en la visión que Dios tiene para sus vidas. Pidámosle al Señor su gracia para comprender la trascendencia de nuestro ser. Nuestro creador nos ha diseñado a su imagen y gracia. Recemos que, durante los procesos de nuestras vidas, hagamos todo bajo la dirección de Dios. Este es el ejemplo de Jesús durante la Semana Santa. Con El todos nosotros seremos victoriosos.  ¡Amen!

Que Dios los siga bendiciendo,

Padre Alvaro+

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