Algunos juicios como “Yo pensaba que los hispanos… que los americanos… que los morenos… que los europeos… que los blancos eran así o asa” son prejuicios que impiden o limitan nuestras conexiones con otros. ¿Como definir los prejuicios en la conexión? Pudiéramos decir que son juicios previos con preferencias injusta motivada por la parcialidad. Dirá la escritura en 1 Timoteo 5:21 “Te encargo delante de Dios y del Señor Jesucristo… que guardes estas cosas sin prejuicios”.
En una conferencia muy reciente en el hospital metodista de Houston, el Doctor Luis Rodríguez dijo que el 50% de los prejuicios que hacemos son erróneos. Además, un pastor de piel morena compartió una experiencia que me dejo pensando. Dijo que un día fue invitado a dar una conferencia y nadie lo saludó al inicio del encuentro porque pensaron que por ser moreno no hablaba español.
Un segundo término que nos ayuda a nuestro argumento de los prejuicios es la “conciencia” o conocer verdaderamente la realidad. Tomar conciencia es estar a otro nivel de conocimiento en nuestro interior, o integrar nuestro ser a otro nivel más profundo de las cosas. Un ejemplo clásico es saber que comer mucho azúcar puede tener múltiples consecuencias y tomar conciencia de esas consecuencias es pasar a otro nivel de conocimiento. Así mismo sucede con la conciencia de la conexión divina y humana. Los prejuicios inconscientes son ideas suspicaces y escrupulosas que llevan a la persona a no conocer la realidad profunda de otras personas. O, lo que es lo mismo, los prejuicios son una opinión previa que por lo general es desfavorable hacia un grupo de personas, basada sobre un rasgo o una serie de rasgos físicos o culturales.
La pregunta del millón en este caso es ¿Los prejuicios inconscientes pueden afectar la conexión humana? Les doy un ejemplo: una mama con hijos jóvenes, los cuales quieren ir a la Iglesia usando pantalones cortos y sandalias, se resiste a dejarlos ir a la Iglesia vestidos así, porque piensa que serán rechazados. Cuando escucho su preocupación, pienso que tiene razón. Muchas iglesias actúan con prejuicios en contra de los jóvenes. Los prejuicios hacen referencia principalmente a una opinión negativa basada en hechos o en la experiencia, que se forman sin fundamentos razonables o sin tener suficiente conocimiento. Los prejuicios van dirigidos a grupos o tipos de personas en vez de responder a las personas como individuos.
Regularmente, los prejuicios se expresan como sentimientos, opiniones o actitudes irracionales y hostiles hacia grupos étnicos, raciales, sociales, o religiosos como el caso antes mencionado. Los prejuicios han sido una parte desafortunada de la historia religiosa. Los seres humanos tienen una tendencia natural a mostrar prejuicios hacia cualquiera que sea diferente. Por otro lado, tanto en el antiguo como en el nuevo testamento encontramos prejuicios raciales. Las mujeres eran tratadas como propiedad y esclavizadas por la gente de otras nacionalidades. Por ejemplo, cuando Dios dio a Moisés la ley para Israel, incorporó normas justas que eran impensables en aquella época como lo contempla Deuteronomio 4:8. También, Dios decretó en Levítico 20:26 que su pueblo sería diferente de las naciones violentas e impías que lo rodeaban. Lo más hermoso de esa diferencia estaría en la forma en que debían tratar a los demás, esto es, porque los extranjeros entre ellos debían ser tratados como sus propios hermanos como lo expresa Levítico 19:34. Así los prejuicios eran eliminados.
Pareciera fácil la conexión divina y humana pero no lo es. Hay muchas personas marginadas por prejuicios inconscientes hasta en la misma iglesia, prejuicios irracionales que no tienen nada que ver con la realidad. Por ejemplo, los prejuicios entre los judíos, los gentiles y los samaritanos que proliferaban en la época de Jesús. Los judíos odiaban a los samaritanos y consideraban impuros a los gentiles. Jesús superó el prejuicio haciendo un especial énfasis en la fe de un gentil como aparece en Mateo 8:10, o la bondad de un samaritano en lucas 10:30. La visión de Dios de la persona humana es sorprendente. Los primeros judíos convertidos al cristianismo creían que la salvación de Dios les pertenecía únicamente a ellos, algo que aún hoy persiste en nuestro mundo. Por otro lado, los no judíos empezaron a responder con fe al evangelio, el prejuicio judío arraigado llevó rápidamente a la discordia y la controversia dentro de la iglesia, lo que podemos ver en los hechos de los apóstoles 11:1.
¿Como te sientes cuando encuentras personas de pensamientos diferente a los tuyos? Algunas veces somos vulnerables en esa conexión con el otro porque los prejuicios inconscientes nos detienen. Las olas del mar son iguales, bien sean pequeñas o grandes no son más que agua. Así mismo los seres humanos blancos, morenos, altos, pequeños, del sur o del norte en esencia somos seres humanos y entre menos prejuicios más conectados estaremos.
Dirá la escritura en Deuteronomio 16:19, “No torcerás la justicia, no harás acepción de personas, ni tomarás soborno, porque el soborno ciega los ojos del sabio y pervierte las palabras del justo”. ¡Cuan hermosa es la palabra de Dios que toca las conexiones más profundas del ser humano! Cuando dice que Dios desea que seamos su imagen justa en la apreciación del otro, prohíbe los prejuicios humanos, los cuales nos pueden impedir ver en el otro la obra extraordinaria de Dios. No hay cristianos de segunda, somos lo que dice Pablo "Hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús…No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos son uno en Cristo Jesús”. Gálatas 3:26. Jesús suspende los prejuicios, porque Dios hace salir su sol sobre malos y buenos al mismo tiempo. Los animo a superar todo prejuicio inconsciente para amar a todo el que se acerca a nosotros. ¡Amen!
Que Dios los bendiga,
Padre Alvaro+
