Dice el dicho popular no se le puede pedir a un manzano que de peras porque el manzano está diseñado para dar manzanos. Así mismo para un discípulo de Jesús ser instrumento de transformación, primero debe estar transformado en discípulo el mismo. 

Ahora bien, que significa ser discípulo? Para mí es importante tener presente el significado de las palabras entre ellas “Ser” y en nuestro caso no cualquier ser sino el “ser humano”. Entonces la palabra “ser” viene del latín “ese” que traduce tanto ser como estar.

Por otro lado, la palabra humano procede del latín humanus compuesta por la raíz humus que puede ser traducida como tierra o lodo y anus que indica que procede de o pertenece a. Así las cosas, el ser humano puede ser interpretado etimológicamente como perteneciente a la tierra, donde lo que produce es tierra.    

Por otro lado, el ser humano no solo pertenece a la tierra, sino que es un ser sapiens o pensante que lo hace diferente a los otros seres.  Además, desde la filosofía el ser humano se define como una unidad sin división dotado de cuerpo, alma, mente y espíritu. Así que, el ser humano a diferencia de otras criaturas puede tomar conciencia de si mismo, reflexionar sobre los actos de su vida y detalles de su existencia. No solo esto, sino que puede elegir entre lo útil e inútil y entre lo bueno y lo malo. 

Podemos decir entonces que estamos ante un ser creado de manera especial y cuyo creador no es humano sino un creador que lo trasciende todo. No solo eso, sino que es llamado a seguir su camino, su verdad y su vida. Entonces, Dios creo al ser humano a su imagen y semejanza como lo ilustra el libro de Genesis 1, 27 “cuando Dios creo al hombre lo creo parecido a Dios mismo”.

Pudiéramos decir que somos una copia de Dios, ósea que las cualidades que tiene Dios las tenemos los seres humanos y Dios es espíritu, amor, sabiduría y camino transformador. Quien desea seguir un camino de transformación, de inspiración como Jesús?. dirá la escritura “todos sabrán que son mis discípulos si se aman los unos a los otros, Juan 13; 35. 

Jesús mismo se definió como camino, amor, sabiduría, espíritu y el todo aquel que acudió a el quedo transformado, es decir paso a un nuevo nivel de vida, a una nueva forma de ver al otro, a una nueva forma de relacionarse con el otro. Dirá San Pablo uno de los discípulos ejemplares de Jesús: “si Cristo los anima, si el amor los consuela, si el espíritu esta con ustedes, si conocen la compasión, llénenme de alegría viviendo todos en armonía, unidos en un mismo amor, por un mismo espíritu y por un mismo propósito” Filipenses, 2, 1-2.

Entonces ser un discípulo de transformación es vivir guiado por la inspiración del Espíritu de Jesús quien es el inspirador máximo de la existencia. Las preguntas nos ayudan a crear espacios que nunca habíamos visto o considerado, es por eso que cabe la pegunta a este punto: ¿cuál es el propósito de nuestro quehacer diario? Es Jesús el inspirador de nuestro caminar?.

Caminar en espíritu, en amor, en sabiduría es transformador porque es caminar con una nueva forma de hacer las cosas: dirá la carta a los filipenses 2, 3 “no hagan nada por rivalidad o por orgullo, sino con humildad…. Ninguno busque únicamente su propio bien sino también el bien del otro. Tengan la misma manera de pensar que tuvo Cristo”.

Ser entonces un discípulo de Jesús, es seguir su mismo propósito como lo plasma 1Pedro 2, 21: “para este propósito fueron llamados, Cristo sufrió por ustedes dándoles un ejemplo para que sigan sus pasos”.    

Además, ser un discípulo transformador es tener la conexión y confianza con Dios Padre como la tuvo Jesús todos los días, ganando discípulos nuevos para Cristo como lo dice en su palabra Mateo, 28 19: “vayan a las gentes de todas las naciones y háganlas mis discípulos”. De modo que abrazar este deseo de Jesús es convertirse en un discípulo transformador para quien todo es nuevo y todo es posible.  

Vivir una vida nueva con Jesús o lo que es lo mismo vivir en una relación de espíritu, de amor y de sabiduría con Jesús hace la diferencia a vivir simplemente tratando de ser un discípulo con criterios humanos que lo único que producen son acciones humanas. Diferente cuando el ser discípulo de Jesús se desprende de la relación espiritual, emocional y mental con él, todo cambia.

El ejemplo clásico esta cuando Pedro discípulo de Jesús echo las redes a modo humano y los resultados fueron limitados y cuando las redes fueron echadas por el espíritu de Jesús todo se hizo nuevo, todo se transformó. La invitación para mi y para todos es que permita que el Espíritu, el amor y la sabiduría de Jesús habite en ti y en mi para que seamos auténticos discípulos de Jesús y tengamos así resultados del tamaño de Dios. 

Se un discípulo de transformación espiritual, emocional y mental en nuestra comunidad de San Dunstan siguiendo las huellas de Jesús.  Amen.