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EL SOÑAR NOS MUEVE AL CRECIMIENTO

EL SOÑAR NOS MUEVE AL CRECIMIENTO

by The Reverend Dr. Alvaro Pinzon on March 13, 2024

Un sueño es una imagen del futuro que produce pasión, como escuchamos decir: “muy pronto tendré el carro de mis sueños, la casa de mis sueños o la vida que he soñado.” Los sueños impulsan a la persona poco a poco hasta alcanzar lo soñado. Por más de 30 años de ministerio, nunca he conocido un ser humano que haya logrado sus sueños de un día para otro. Siempre se necesita disponibilidad y empeño hasta lograrlo.  

¿Cuál es tu sueño? O ¿Quizás no tengas un sueño? los padres de familia usualmente sueñan que sus hijos e hijas sean grandes seres humanos y, cuando estas aspiraciones son logradas, son muy felices. Se sienten orgullosos de ellos.  Recuerdo bien que uno de mis sueños era estudiar derecho eclesiástico en Europa y cuando logre este sueño mi padre me dijo: “hijo, me siento muy orgulloso de ti”. Estas palabras tocaron mi corazón y me animaron a lograr más sueños. Fue entonces cuando me ofrecieron ser parte del tribunal metropolitano de miami de casos penales, donde lo hice con gran entusiasmo, porque era alcanzar otro sueño de trabajar por la justicia.   

Martin Luther King una vez dijo, “a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño ‘americano’. Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad. Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia”. El soñar nos mueve al esfuerzo y crecimiento. 

También dijo Luther King, “Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad. ¡Hoy tengo un sueño! Sueño que un día, el estado de Alabama … se convierta en un sitio donde los niños negros puedan unir sus manos con los niños blancos y caminar unidos, como hermanos. ¡Hoy tengo un sueño! Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.” Un sueño fortalece lo que llevamos dentro de sí.

La misma escritura está llena de historias de personas cuyos sueños dados por Dios se realizaron. Las inspiraciones de Dios nos hacen soñar y nos conducen a ir tras ellos. Soñar no vale mucho para algunos, sin embargo, es parte del crecimiento humano y de una comunidad. Por otro lado, la ciencia también encuentra beneficios cuando soñamos: dirá Beatriz de Ureta Aguera que “los psiquiatras Hobson y McCarley en 1977 descubrieron que durante la fase Rem se activa el troco encefálico, área primitiva del cerebro, es entonces cuando la corteza cerebral mucho más evolucionada, trata de organizar ese ruido neuronal en algo que tenga sentido y lo hace tirando del archivo personal de imágenes y recuerdos que cada uno tenemos almacenados”. De modo que para Ureta los sueños aseguran la salud mental.

Además, lo que aprendemos en el día se almacena en el córtex y cuando dormimos estas vivencias se transmiten al hipocampo y la amígdala que lo memoriza. Cuando el proceso finaliza esa información regresa reorganizada al córtex ayudando a que los sueños dirijan las emociones.  La universidad de California también sostiene que cuando soñamos procesamos memorias emocionales y se disminuye la carga emocional asociada al recuerdo. Soñar entonces nos ayuda a lidiar mejor con el pasado y con acontecimientos estresantes. Las cosas percibidas de esta forma aparecen estar claro que los sueños dirigen nuestras emociones y deseos. Un niño con sueños es más fuerte que uno que no sueña. Una comunidad que sueña es igualmente más fuerte que una que no sueña. La comunidad de san Dunstan es un ejemplo. No alcanzo a imaginar la fuerza emocional que significa para nuestra comunidad nuestro máster plan realizado. Esto llenaría de alegría y gozo nuestro corazón.   

Nunca dejemos de soñar porque esto nos lleva a vivir en gozo y plenitud. Diría Dios al profeta Jeremías 29:11, “Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro de lleno de esperanza”. Hay sueños que nacen en el corazón de Dios y otros en nuestro propio corazón. Y los que son nacidos en el corazón de Dios son transmitidos a aquellos que están en intimidad con El y con un propósito.

Uno de mis sueños realizados hace poco era tener a mi familia conmigo y ya lo estoy viviendo con mi corazón lleno de satisfacción. Ahora tengo un nuevo sueño y es junto con mi esposa y mi hija adoptiva alcanzar a ministrar y cuidar a cada persona que llega a San Dunstan con la iniciativa de “12 misioneros transformando lideres con el espíritu santo”. Estos 12 misioneros una vez transformados serán enviados a transformar a otros 12 lideres de modo que cada persona sea ministrada y cuidada por medio de la palabra de Dios y su amor. Vivir el uno al cuidado del otro es vivir en el amor de Cristo.  Como lo pidió Pablo a los filipenses, “Tengan unos con otros la manera de pensar propia de quien está unido a Cristo Jesús”. Filipenses 2:5. ¡Amen!

Que Dios los bendiga,

Padre Alvaro+

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