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DAR LA VIDA

DAR LA VIDA

by The Reverend Dr. Alvaro Pinzon on March 27, 2024

¿Amo lo que hago? O quizás hago lo que hago porque no hay más que hacer. Afortunadamente para algunos, lo que hacen los colma de gozo y motivación. Yo deseo en estos días especiales de Semana Santa, cuando reflexionamos en la vida de Cristo, que todos nosotros lleguemos al punto de “dar la vida por lo que amamos”. ¿Quién o que me impulsa a dar la vida? No encuentro algo más impulsador en el ser humano que el amor.  

En el lenguaje hebreo amor se desprende del vocablo ahavá que significa dar. ¡Todos damos…! Pero ¿Qué damos? Damos afecto, ayuda, tiempo, dinero, cosas, alimentos etc. Pero ¿Puedo dar vida también?   La respuesta es “sí, puedo dar vida.” Mas ¿Como sucede el dar la vida? Creo que la llave del dar amor entre los seres humanos viene del afecto. En el caso de la pareja humana el uno da la vida por el otro, o lo que es lo mismo, el uno le da afecto al otro. El uno es soporte del otro, pero no solo esto, sino que el uno pone sus talentos y habilidades al servicio del otro para llegar a ser uno solo.  Cuan transformador es para el ser humano experimentar la ayuda de alguien de manera adecuada. 

El afecto es la conexión más fuerte entre dos seres humanos que se aman. Esto lo he observado en mi cuidado pastoral de diferentes comunidades. De modo que el afecto es la llave impulsora para dar la vida por alguien. Si así sucede entre los humanos, no puedo imaginarme el afecto sin límites que tiene Dios con cada uno de nosotros. Por otro lado, el dar se desarrolla entre el que da y el que recibe, de modo que cuanta más conexión más donación. Cuando dos seres humanos están íntimamente conectados, el afecto que se dan se da en su máxima expresión.  He allí la grandeza del amor. Dirá la escritura “Tanto amo Dios al mundo que dio a su hijo unigénito para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida”. Juan 3:16.

El afecto de Dios por su obra creadora es tan especial que los seres humanos somos lo más preciado, y por ello mismo, envió a su amado hijo para dar su vida y rescatarnos de la muerte. ¿Quien puede dar la vida por alguien sino es por el afecto que tiene? Además de esto, me pregunto ¿El amor de dónde nace? No encuentro otra respuesta que esta: El amor nace del vínculo afectivo que tenemos con la otra persona, el cual se manifiesta en la valoración del otro y en el querer el bien del otro siempre. El afecto es expresado en amistad, en el cuidar de nosotros mismos, en el servicio a otros, y en el dar la vida por misiones nobles que benefician a las personas que Dios pone en nuestras vidas. Así que el afecto es la llave para dar la vida el uno por el otro. La escritura lo plasma diciendo “amanse los unos a los otros. Así como yo los he amado”. Juan 13:34.

Dios es nuestro protector del peligro como padre amoroso que es. Nos cuida y nos acompaña en todo momento. Creo que es momento de seguir a Jesús, dando la vida por otros sin miedo. Recordemos que servimos al Dios todopoderoso y que su mano esta siempre sobre cada uno de nosotros. Confiemos en Dios quien nos cuida. Dirá el salmo 46:6 “Dios es nuestra fortaleza y nuestra ayuda segura”.  Dios Padre muestra su amor protector por nosotros al enviar a su hijo para rescatarnos de la muerte y llevarnos a la vida. Así lo dirá la escritura “En este mundo afrontarán aflicciones, pero anímense yo he vencido al mundo”. Juan 16:33. Además, en el último viernes de Jesús en la tierra, ese dia magnifico que llamamos “viernes santo”, Jesús venció la muerte y nos abrió el camino para pasar a una nueva vida cuando llegue el fin de nuestra vida. Porque Jesús, dando su vida por cada uno de nosotros, nos otorgó la resurrección, y un día viviremos para siempre en su presencia.  Las escrituras nos animan a dar la vida sin temor como lo exhorta el libro del Deuteronomio 31:6 “Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten… pues el Señor su Dios siempre los acompañará, nunca los dejará ni los abandonará”.

Recuerdo muy bien el día que un familiar fue declarado con cáncer y yo mismo no sabía qué hacer en el momento. Fue entonces cuando vino la pregunta “¿Ahora que hacemos?” Somos creyentes, pero no sabíamos que hacer con nuestro calvario ese día. La agonía de saber que nuestro familiar tenía tres meses de vida fue algo terrible. Empezamos a orar con más insistencia y fue cuando encontramos la respuesta a nuestros ruegos: nuestro familiar estaba cerca de vivir en la presencia de Dios para siempre, o lo que es lo mismo resucitar. Esta fe sublime en Cristo nos dio la esperanza necesaria para sobrevivir esta gran crisis. Dios nos diseñó para vivir eternamente con él y no ser abandonados a la muerte. De modo que no estamos hechos para la muerte sino para la vida.  Dirá 2 Timoteo 4:18 “El señor me librará de todo mal y me preservará para su reino celestial”. El dar la vida como lo hace Cristo, sin reserva alguna, es el modelo para seguir aun con nuestras limitaciones.   

Jesús mismo dice “El que cree en mi vivirá, aunque muera y todo el que vive y cree en mí no morirá para siempre” Juan 11:25. O como dice también 1de Pedro 1:3 “Alabado sea Dios … por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo para que tengamos una esperanza viva”. Entonces, quien abre su vida a la resurrección, la abre a la presencia eterna de Dios. Vivir para siempre en las manos del creador significa abrirse a la transformación y a la transcendencia del amor de Dios. Jesús mostró esta apertura a la transcendencia divina en su misión cumplida.

Que Cristo sea nuestra inspiración esta semana, para que llenos del Espíritu Santo podamos dar la vida por nuestro prójimo y podamos ser la luz del mundo. Felices pascuas de resurrección ¡Amen!

Que Dios los bendiga,

Padre Alvaro+

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