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SE UN ANGEL DE DIOS

SE UN ANGEL DE DIOS

by The Reverend Dr. Alvaro Pinzon on July 12, 2023

Cuando estamos en una situación difícil, invocamos a Dios para que nos ayude con un ángel. Esta tradición de llamar a quienes nos ayudan en horas difíciles, “un ángel” es una costumbre antigua en nuestros países. Y gracias a Dios por los ángeles que encontramos en nuestras vidas, porque siempre vamos a necesitarlos. En mi vida, Dios siempre ha puesto ángeles, personas que de manera inexplicable aparecieron para ayudarme cuando la situación estaba al punto de vencerme. ¡Que hermoso es recibir la ayuda en el momento necesitado!   

Dios nos llama a la hermosa tarea de ser un ángel para otros, o lo que significa ayudar al prójimo. Escucho frecuentemente la a expresión, “Hoy has sido un ángel para mí”.  Quiere decir que Dios todavía envía ángeles al mundo y nosotros mismos somos estos ángeles llamados a ayudar a otros.  Veamos ahora lo que significa la palabra “ángel”. Dirá el tomo primero del diccionario de las ciencias eclesiásticas, “El ángel es alguien enviado, un mensajero”.  Se refiere a seres personales y espirituales, dotados de inteligencia, que ejercen un ministerio divino. En el contexto spiritual, la sagrada escritura nos dice que un ángel es una sustancia inmaterial creada y completa, la cual cumple los deseos divinos, en el cielo y en la tierra. El alma humana tiene características similares, pero es incompleta y limitada por el hecho de vivir en este mundo y estar condicionada por la imperfección humana.  La santa Biblia nos dice, por lo tanto, que los ángeles son seres superiores a los humanos porque son seres espirituales dotados de gran inteligencia y poder (hebreos 2:7-9).  

¿Cuántas personas actúan como ángeles en este planeta? ¿Cuántos seres humanos ayudan al prójimo como lo hacen los ángeles de Dios? Yo estoy seguro de que Dios ha puesto en mi vida sus ángeles (espirituales) y a seres humanos que actúan como ángeles (personas que me han ayudado siempre) para mostrarme su amor y su gracia santa. Nunca olvidare a mi maestra de latín en Roma, Italia, quien me acompañó en mis estudios por varios años. La conocí en un momento de gran angustia en mi vida.  En ese tiempo, gasté varios meses buscando a alguien que supiera latín y me pudiese enseñar. Aprender latín era absolutamente necesario para terminar mi doctorado, así que estaba a riesgo de no completar mi educación si no encontrara un maestro. Un buen día, desconsolado y triste, una feligresa de mi parroquia me preguntó, “¿Padre Alvaro porque estas triste?” Le respondí, “Estoy buscando un profesor de latín, pero no he encontrado a nadie.”

Ella, sonriendo, me dijo, “No te desanimes que en esta comunidad de María Madre de la Providencia hay una maestra que enseña italiano, latín y francés.” Por mi rostro pasó una brisa de esperanza, y en ese momento un pensamiento me entró profundamente en el alma, “Esa profesora de la que esta hablando esta señora, me va a ayudar con este problema.” A los pocos días, conocí a Julia, una de las mejores maestras de idiomas de Roma. ¡No podía creerlo!  Le pregunte, ¿Señora Julia sabes latín?” Me dijo, “Fui maestra de latín, italiano y francés por 40 años.” Fue tanta mi sorpresa que no lo podía creer.  Julia fue desde aquel momento mi maestra de tres idiomas. Ella fue el ángel que Dios me envió a la hora apropiada, no solo para que me enseñara el idioma que necesitaba, sino también para que se convirtiera en un gran amiga y benefactora. Dios sobrepasó todas las expectativas mías.

Dirá Jesús en su evangelio de Mateo 26:53, “¿Crees que no puedo acudir a mi Padre, y al instante pondría a mi disposición más de doce batallones de ángeles? Ese es el Padre que tenemos, lleno de protección y de cuidado con sus hijos es hijas. También Lucas 2:10 nos dice, “Pero el ángel les dijo: ‘No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo.’”

Cuando nos disponemos para ser un ángel para otros, suceden cosas hermosas. Aquí en San Dunstan tenemos testimonios de esto mismo. Mientras más ayudamos a otros, más vemos la acción poderosa de Dios en nuestras vidas y en nuestra iglesia.  Estoy convencido que cuando nos disponemos a ayudar a otros, somos bendecidos abundantemente.  Hebreos 13: 1-2 nos dice, “Sigan amándose unos a otros fraternalmente. No se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”.

Por las razones antes vistas, hoy los invito para que sean ángeles de Dios. Les prometo que serán sorprendidos por las bendiciones de Dios todo el tiempo. También, jamás desanimen a ningún ser humano que quiere actuar como un ángel. Al contrario, siempre empoderemos y alentemos a todos para que sirvan y amen a los más necesitados. Dirá Dios en los hechos de los apóstoles 1:10-11, “Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. De repente, se les acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse”.

Ser un ángel de Dios para otros es el mejor camino de llenar el corazón de gozo. Cuando ayudamos, crece nuestra autoestima y nuestro valor como seres humanos. Mientras mas siervas, mejor servidor serás y más bendiciones te dará Dios.

Que el Señor los bendiga a todos. ¡Amen!

Padre Alvaro+ 

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