Cuando era más joven quería encontrarle explicación a todo, cuando no lo lograba entraba en crisis existencial y recuerdo que mi consuelo fue cuando supe que Jesús había sido tentado.  

Este pensamiento me ayudo a superar la tentación de explicarlo todo. Sin embargo, vayamos más allá. Me pregunto ¿Cómo definir la tentación? Tentación viene del latín temptatio que significa “Impulso que induce a hacer algo irresistible, pero que puede resultar inconveniente.” 

Desde la caída de Adán y Eva por desobedecer los mandatos de Dios, la persona humana tiende a dejarse llevar por los deseos de la carne y sucumbir ante las seducciones del maligno. De modo que el que se hace hijo de Dios está llamado a vencer la tentación. 

La influencia del adversario es seductora. Tratará de engañarnos y de hacer que el pecado parezca atrayente a nuestro ojos. Cada uno puede vencer las tentaciones. Todas tenemos la facultad de escoger entre el bien y el mal.

El que se rinde ante Dios y ora continuamente logrará resistir a la tentación. Casi todo posible para el ser humano, pero no todo es conveniente. En el caso del ser humano tenemos un manual de instrucciones que es la palabra de Dios.

Quien más que Dios que nos conoce nuestras debilidades y fortalezas para encontrar dominio propio y así llegar a la plenitud. Desde el principio de la creación sabemos que existe un enemigo que sin duda hace caer en hechos de pecado dando espacio en su vida a sentimientos engañosos de muerte espiritual.

Mateo 26:41 nos dice: “Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación. Ustedes tienen buena voluntad, pero son débiles”.

Hebreos 4:15, “Pues nuestro Sumo sacerdote puede compadecerse de nuestra debilidad, porque él también estuvo sometido a las mismas tentaciones que nosotros; solo que él jamás pecó”.

El maligno tentó a Cristo con la intención de quebrar su decisión de obedecer a Dios. Y así mismo lo hace con nosotros. La tentación viene para debilitar la comunión con Dios, pero si resistimos pacientemente será fortalecida nuestra fe y nuestro carácter.

La vida humana sobre la tierra está expuesta a la tentación y a la lucha constante. Entonces, ¿cómo resistir las tentaciones? Para afrontar las tentaciones hace falta seguir las pautas de Jesús quien al ser tentado respondió con la palabra de su padre. Y después de tres fallidos esfuerzos, el diablo entonces lo dejó.

Las tentaciones vienen del maligno, de los a atractivos del mundo y de los deseos naturales de la carne. El maligno a los que ya tiene encadenados no necesita tentarlos, ya son presa suya.  Entonces ¿Cómo liberarnos de la tentación? La tentación puede estar dentro de nosotros o puede estar acercándose a nosotros, sin embargo, lo cierto es que solo cuando nos rendimos a Dios saldremos libres de caer en tentación. Dirá la escritura en Santiago 4: 7, “Sométanse a Dios. Resistan al diablo y este huirá de ustedes”.

También dirá Jesús en Mateo 7: 20-23, “Lo que sale de la persona es lo que la contamina… los homicidios, adulterios, avaricia, arrogancia, envidia etc.… todos estos males vienen de adentro”. Si dejamos que el Espíritu Santo habite en nosotros de este modo toda tentación será vencida. Buena Cuaresma a todos.  Amén.

Que Dios los bendiga,

Padre Alvaro