La vida humana es un proceso continuo de liberación que termina con el regreso al creador, un proceso de aprendizaje, constantes cambios y desafíos. Desde el punto de vista psicológico el proceso humano implica la exploración de los procesos mentales y emocionales que dan forma a la percepción, pensamiento, comportamiento y desarrollo de una persona a lo largo de su vida, incluyendo etapas de desarrollo y factores ambientales.
Este proceso humano lo asumió Jesús el hijo predilecto de Dios, quien hizo de su pasión, muerte y resurrección parte del plan de Dios padre para redimir los pecados del mundo. Por otro lado, podemos decir que Jesús nació en la provincia de Judea y creció en el seno de una familia judía en un período en el que la tierra de Israel se encontraba conquistada por el imperio romano, bajo el mando de Julio César.
Dicho lo anterior también podemos decir que las características ambientales que vivió Jesús nos dan la pista para comprender que cuando hablamos del proceso de nuestras vidas necesariamente está conectado a los lugares donde nacimos y los ambientes familiares donde crecimos y las circunstancias que vivimos. De modo que si Jesús vivió esas circunstancias Él es camino de inspiración para nosotros.
Veamos ahora algunas circunstancias que Jesús vivió, como son que el imperio concedía a las autoridades religiosas judías, (conocidas como el sanedrín, conformado por 71 miembros del pueblo de Israel) el derecho de administrar justicia entre el pueblo según sus propias leyes, pero no les confería el derecho legal para ejecutar a los delincuentes y sólo tenía poder para castigar la blasfemia mediante lapidación, decapitación y degüello, estos hechos nos ilustran lo que Jesús tuvo que afrontar en esa época, como hoy nos corresponde a nosotros las situaciones actuales.
Según el relato bíblico, fue el sanedrín quien arrestó a Jesús, debido a que a estos les incomodaba la predicación del nazareno. Si nos acercamos un poco más a los detalles del proceso de Jesús cuando lo arrestaron nadie le imputo cargos en su contra. Fue hasta cuando lo detuvieron que los sacerdotes y el Sanedrín buscaron testigos:
Además, los principales sacerdotes y todo el concilio procuraban obtener falso testimonio contra Él, con el fin de dar muerte a Jesús, y no lo hallaron a pesar de que se presentaron muchos falsos testigos. Sin embargo, luego se presentaron dos según lo narra el evangelista. Mateo 26:59
Burgoa Orihuela experto jurista señala que los procesos de este tipo eran sometidos a la jurisdicción del sanedrín, que hacía la función de juez en cada ciudad de la tierra de Israel. Por otro lado, los procesos judíos integraban algunos principios como llevar estos casos completamente durante el día, antes de la puesta del sol, en una plaza pública, le permitían al acusado de defenderse, por sí o a través de cualquier persona judía, y el testigo que declarara en falso era merecedor de la misma pena correspondiente al delito calumniosamente imputado.
En el caso del proceso de Jesús tuvo diferentes características al punto que alteraron los procedimientos legales de ese tiempo dejando claro que ni judíos ni romanos actuaron de acuerdo con lo establecido y no solo eso, sino que se valieron de pretextos para condenarlo. Me pregunto ¿Qué tiene que ver el proceso de Jesús con nuestras vidas? Muchas veces en nuestros días aparece situaciones muy similares al proceso de Jesús. Nos pueden acusar de cosas que no hemos hecho con pretextos sin fundamento.
Uno de los aprendizajes que nos dejó Jesús en su proceso es el de no detenernos y confiar siempre en la presencia del creador. Esto es clave porque confiar significa sentirse seguro de su valía y enfrentar los desafíos con determinación. Además, la confianza se relaciona con la autoestima y la seguridad de superar los obstáculos percibiendo los errores como oportunidades de aprendizaje y no como señales de fracaso como a veces sucede. Igual la confianza es fundamental para el bienestar emociona y una mayor resiliencia ante las dificultades.
Jesús, aunque fue sometido a un proceso injusto y doloroso nada lo detuvo en su entrega redentora por la humanidad. Además, significa que las presiones emperadoras no movieron a Jesús su convicción salvadora del mundo. ¿Algunas veces hemos recibido acusaciones injustas y dolorosas que han movido nuestra confianza en sí mismos y en el creador? Es allí cuando pregunto cómo está la confianza en nuestro proceso diario. De modo que Jesús es el maestro por excelencia en procesos desafiantes porque nadie ha sido sometido a tanta prueba y ha salido triunfante como El. Estos días son oportunidades únicas para contemplar la grandeza de la confianza de Jesús en su Padre camino a seguir para nosotros. Amen.
Padre Alvaro +