Dios abre los caminos para sus hijos. Mi formación en el seminario estaba enfocada en mi servicio sacerdotal. Mientras aprendía de filosofía, un día me cuestione de porque no ampliar mi conocimiento en otras áreas. Decidí que mientras estuviera en el seminario, también quería ir a la universidad. De inmediato empecé a mirar cómo aprovechar el tiempo al máximo. Parecía imposible pero no es así cuando venimos desde el espíritu de Dios quien todo lo puede.
Éxodo 14: 21-30 nos dice, “Moisés extendió su brazo sobre el mar y el Señor envió un fuerte viento del este que sopló durante toda la noche y partió el mar en dos. Así el Señor convirtió el mar en tierra seca y por tierra seca los israelitas cruzaron entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda.
Toda la caballería y los carros del faraón entraron detrás de ellos y los persiguieron hasta la mitad del mar, pero a la madrugada el Señor miró de tal manera al ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, que provocó un gran desorden entre ellos, descompuso además las ruedas de sus carros, de modo que apenas podían avanzar. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de los israelitas pues el Señor pelea a favor de ellos y contra nosotros. Pero el Señor dijo a Moisés: Extiende tu brazo sobre el mar, para que el agua vuelva y caiga sobre los egipcios y sobre sus carros y caballería. Moisés extendió su brazo sobre el mar y al amanecer, el agua volvió a su estado normal. Cuando los egipcios trataron de huir, se toparon con el mar, y así el Señor los derribó en medio de él.”
Fue allí cuando el pueblo de Israel por primera vez vio la grandeza de Dios y lo alabo por lo sucedido. Dios abrió o está abriendo caminos impensables para ti. Porque cuando la decisión viene del cielo, los caminos se abren porque se abren. Imaginemos la situación de los israelitas ante esta encrucijada. Les pregunto ¿A dónde acudimos cuando nuestras opciones son limitadas? O ¿Que haría usted ante una situación de vida o muerte? Es un escenario más común de lo que nos imaginamos. Son millones de hermanos en el mundo en medio de situaciones críticas, viviendo la crudeza de la guerra, atrapados en medio de las balas y las bombas: Ucrania, Argelia, Birmania, Somalia, Nigeria, Irán, Pakistán, Colombia, México por nombrar algunos países y se me quedan muchos por fuera de la lista. Los invito a orar por cada uno de nuestros hermanos que ha padecido la persecución, el abandono y el miedo a perder su vida en medio del fuego cruzado. Oremos por ellos para que encuentren la salida a su situación y se abra el camino para ellos, oremos por un mundo que escuche la guía de nuestro Señor y pueda darle resolución al conflicto que viven.
Abrir un camino es abrir una misión que requiere confianza en Dios y en sí mismo. Israel, una vez libres del faraón, empezaron a hacerle frente al árido desierto. Tristemente, a pesar de que habían visto el poder de Dios en su liberación, empezaron a quejarse, y no solo eso, algunos preferían la esclavitud en Egipto a vivir libres en el desierto y abrir nuevos caminos. Cuando uno se queja por todo, no hace más que desanimarse y esto les paso a los israelitas. Tan pronto y cuando entraron en este espacio, se empezaron a quejar. Sin embargo, Moisés fue el instrumento de Dios, quien con sus palabras les volvió la confianza en Dios. “No tengan miedo. Manténganse firmes y fíjense en lo que el Señor va a hacer para salvarlos.” Esto es realmente asombroso. Cuando caminamos hacia adelante, nada ni nadie nos podrá detener y cuando nos movemos en fe, las dudas quedan atrás. Hoy el Señor esta pronto parar abrir nuevos caminos. ¡No se detengan! Pónganse en marcha y procedan hacia adelante. Cobremos el ánimo y procedamos con fe. Los vientos del mar estarán a favor nuestro, porque Dios está con nosotros.
Amén.
