¿Cuántas manifestaciones, acontecimientos, organizaciones y obras en el mundo han sido inspiración divina? Deseo profundizar un poco lo que significa la inspiración divina en nuestra transformación personal y en nuestras comunidades y en el mundo hoy.
Como bien sabemos transformar nuestra vida es caminar hacia una nueva forma de ser, de pensar, de amar, de servir, de hacer y de actuar. En ese caminar de transformación estamos invitados a preguntarnos si estamos dando pasos hacia la transformación con Dios o simplemente caminamos como todo mundo sin ningún propósito. En mi experiencia pastoral no hay transformación o cambio si no hay inspiración divina que nos mueva y nos mantenga en ella.
Veamos brevemente lo que significa inspirar o insuflar así lo dice el libro del Genesis, 2,7: “Dios insuflo en las narices del hombre aliento de vida”. En otras palabras, Dios le puso su aliento o fuerza de vida y esta fuerza lo llevo a vivir. Ósea que inspirar o insuflar viene del espíritu divino y que es independiente de la voluntad y del intelecto del ser humano.
La inspiración divina es sorprendente como es el caso del decálogo donde Dios directamente pidió a Moisés gravar sus palabras en tablas, éxodo 24,3. Pero no solo eso, también Dios llamo a los profetas y los preparo desde su nacimiento para proclamar y dejar por escrito sus palabras como lo dice la escritura en Isaías 8, 1: “toma una tabla grande y escribe en ella” y también Isaías 30, 8: “escríbelo en una tabla, ponlo en una inscripción que quede ahí para el futuro como testimonio eterno”.
Entonces, podemos decir que la palabra humana con toda su fuerza que tiene es limitada, muy diferente cuando la palabra humana es movida por el espíritu divino como lo expresa la 2 carta de San Pedro 1, 21: “los profetas no hablaron por su propia voluntad sino hablaron de parte de Dios dirigidos por el Espíritu Santo”. Esto también lo confirma la segunda carta de San Timoteo 3, 16” “toda escritura está inspirada por Dios”.
Una inspiración divina nos conduce a nuevas formas de vivir de manera increíble de modo que confiemos en nuestras fuerzas humanas más aun conectémonos directamente con el Espíritu Santo quien tiene la fuerza más transformadora del planeta y por ello estoy convencido de la importancia de tener espacios de conexión profunda con el Espíritu de Dios en nuestras comunidades. Así nuestras vidas tomaran nuevos aires de vivir al estilo de Dios.
Es hermoso ver las inspiraciones de vida que el Espíritu de Dios ofrece especialmente cuando invocamos su presencia y lo autorizamos para que habite en nosotros, he allí la llave de una espiritualidad transformadora que trascienda y lleve a sus seguidores a niveles nuevos de amor y servicio a Él. Es la conexión entonces con el Espíritu Santo lo que nos inspira nuevas formas de ser, de explorar y vivir como hijas e hijos.
Pudiéramos decir que en la inspiración humana el espíritu de Dios entra a lo más profundo del ser y lo amplia en su forma de ver las cosas. La inspiración es como un soplo divino que ejerce su acción en grados variables sobre la personalidad humana, por ello algunas veces decimos fue algo inspirado lo que viví. En otras palabras, la inspiración es una manera particular de Dios manifestarse, tal así que la inspiración de Dios hace del hombre natural un hombre espiritual capaz de transmitir su espíritu, algo increíble pero cierto.
La inspiración de Dios es tan especial que dispone al ser humano a una receptividad esencialmente creadora de tal modo que la inspiración de Dios instruye al hombre de algo que ignora. También, la inspiración de Dios es el vehículo de un mensaje sobrenatural, como lo muestra Jeremías 1, 9: “entonces el Señor extendió la mano me toco los labios y me dijo yo pongo mis palabras en tus labios. De manera que la palabra de Dios es revelada por medio del Espíritu Santo.
Otro hecho importante que destacar en la inspiración divina es que la personalidad del receptor o escritor no es anulada sino activada como lo dice Jeremías 20:7 “me sedujiste oh, Dios, y fui seducido”. En el proceso de la inspiración pueden haber horas de crisis, de desaliento y angustias dejando ver que el receptor no es un robot sino un ser humano.
Si nos abrimos a la inspiración divina seremos sorprendidos como lo fue Moisés y los profetas quienes fueron llevados a nuevos niveles de vivir, ya que el único que está calificado para dar sentido, quitar el velo que oscurece y abrir el corazón del hombre natural es el Espíritu divino.
La inspiración divina ilumina y conduce a toda la verdad que no es otra que su presencia. De modo que una persona inspirada es una persona llena de luz y de poder que ve las circunstancias con los ojos del espíritu y no con los ojos del mundo. Invoca al Espíritu de Dios y encontraras la fuerza más transformadora que hayas conocido. Amen.
