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ESPERANDO EN DIOS

ESPERANDO EN DIOS

by The Reverend Dr. Alvaro Pinzon on December 13, 2023

“Espero que consigas el trabajo, espero que ganemos este juego.” Cuando usamos estas frases invocamos esperanza, a pesar de que cuando cerramos los ojos y esperamos la mejor conclusión, no siempre estamos seguros de lo que va a suceder. El futuro es incierto y a veces nos sorprende.

La esperanza de los seres humanos también tiene sus límites. A veces escuchamos decir, “También yo esperaba que mi pareja me fuera fiel, pero no lo fue.” O, “Yo esperaba que el líder político cumpliese las promesas que hizo en su campaña, etc.” Nosotros mismos, ¿Cuantas promesas nos hemos hecho que no hemos logrado realizar? A veces queremos cambiar nuestros pensamientos, actitudes, prejuicios, o nuestra realidad, pero no lo hemos logrado, quizás porque el cambio deseado no acuerda con la voluntad de Dios, sino con fundamentos humanos. Es frustrante esperar algo que nunca se dará. He allí una de las evaluaciones que necesitamos hacer en nuestras vidas a finales del año. Especialmente, en este momento propicio del Adviento, cuando esperamos al salvador del mundo. 

El pueblo de Israel espero por años al Mesías. En el hebreo bíblico la esperanza está relacionada con una fuerza divina presente y no con el resultado del futuro. De acuerdo con los salmos, la esperanza es decisiva porque viene de Dios, como lo dice el salmo 62: 5, “Solo en Dios encuentro paz, pues mi esperanza viene de él”.  También para Jeremías Dios es su esperanza y agua viva, como lo dice en el capítulo 17:13, “Señor, tue eres la esperanza de Israel. Todo el que te abandona quedara avergonzado. Todo el que se aleja de ti desaparecerá como un nombre escrito en el polvo, por abandonarte a ti, manantial de frescas aguas”.

Entonces, en el contexto bíblico, la esperanza no es un deseo abstracto, sino una garantía completa en la fuerza de Dios para sostener las cosas.  Esperar en Dios no solo es necesario, sino que es un pulmón de la vida humana. En el plano humano se define la esperanza como la emoción o anhelo que se tiene cuando se aguarda que sus aspiraciones se logren. Con la anotación que la esperanza en Dios es más poderosa que los anhelos solamente humanos, me sorprende mucho cuando escucho de personas que se suicidan. Aun logrando todas las aspiraciones humanas, hay personas que están al borde de la desesperación. Quizás las respuesta a este dilema se encuentra en el servicio. Todo lo que hagamos por otros le da sentido a nuestras vidas. Martin Luther King decía, “Si puedo ayudar a una persona, tan solo a una persona, no abre vivido en vano.”

¿Que estas esperando en estos tiempos propicios de alegría por la venida del salvador? O a lo mejor no estas esperando nada. Es más, es posible hacerse la pregunta, ¿Es posible tener esperanza en el mundo en el que vivimos hoy? Si no, estas esperando nada, muy seguramente estas desanimado o sin esperanza. Si hay algo que se está deteriorado en tu vida, te invito a buscar la esperanza en Dios. ¿Dónde se puede conseguir esta esperanza? La esperanza está a la puerta de tu casa. Basta que le abras tu corazón a Dios y allí la encontraras sin duda. Durante el tiempo de adviento, especialmente en los días de novena, algunos se ponen un poco tristes. Hoy los exhorto a estar abiertos a las acciones del espíritu consolador en sus vidas. Así lo diría San Pablo a los romanos en el capítulo 15: 13, “Que Dios de la esperanza. Los llene de alegría y paz a ustedes que tienen fe en él, y les dé abundante esperanza por el poder del Espíritu Santo”.

Bien sea que estas esperando un mejor trabajo, unos mejores resultados médicos, o una mejor relación con sus hijos, la esperanza en el Señor juega un papel vital.  Estamos en sus manos y cuando la dirección de nuestra vida está en sus manos nuestro caminar es liberador. Por el otro lado, cuando pensamos que todo depende de nosotros, nos agotamos y estresamos innecesariamente. Ahora bien, algunos seres humanos quieren una vida plena y piensan que las cosas materiales les ofrecerán esta plenitud. Pero nada material nos llenan el corazón como lo hace la presencia del espíritu de Dios.  Seremos glorificados como Cristo si nos unimos a él. Nuestra mayor esperanza es salvarnos de la maldad mediante el amor de Cristo. De hecho, la palabra de Dios proclama en romanos 8: 19-21, “La creación espera con gran impaciencia el momento en que se manifieste claramente que somos hijos de Dios. Porque la creación perdió su verdadera finalidad, no por su propia voluntad, sino porque Dios así lo había dispuesto; pero le quedaba siempre la esperanza de ser liberada de la esclavitud y la destrucción, para alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios.”         

La vida humana se va haciendo con el tiempo, no es algo que ya está terminada. Por esto mismo, abrazar la vida con esperanza, aun en tiempos difíciles, es el mejor camino. Dirán algunos, “¿Dónde podemos conseguir esperanza porque la que teníamos la hemos perdido? Si este es tu caso, te invito a esperar en Dios, sin titubeos, porque para Dios todo es posible.  Dirá Jesús en su evangelio de Marcos 11: 22, “Les aseguro que si alguien le dice a este cerro: ¡Quítate de ahí y arrójate al mar! y no lo hace con dudas, eso sucederá”. Es hora de confiar en el Señor, es hora de abrir el corazón al creador y de estar firmes con El cómo lo dice su palabra en hebreos 10:23, “Mantengámonos firmes sin dudar en la esperanza que profesamos…animémonos unos a otros más cuando vemos que el día del señor se acerca”.

Que el Señor los siga bendiciendo,

Padre Alvaro+

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