Con frecuencia escuchamos a las personas decir, “nada me sale bien, todo es un desastre”. Aunque estas frases son comunes lo que usualmente pasa es que las personas se enfocan en lo que no funciona en sus vidas. ¿Qué puede un ser humano lograr si está enfocado en lo que no funciona? Me acuerdo bien de una persona que me consulto la situación que estaba pasando. En su debilidad, estaba enfocada completamente en lo que no iba bien en su vida. Estaba empecinada en resolver lo más difícil de su vida, sin notar que podía resolver problemas diarios que eventualmente le ayudaría a mejorar su situación.
En este tema estoy de acuerdo con el Doctor Mario Alonso Puig de la universidad de Harvard. Él dice que enfocarnos en lo que no funciona es acabar de hundirnos, tirando al piso nuestros propósitos. Por ejemplo, una persona que es insegura y se enfoca en las áreas que más le causan inseguridad, a veces solo logra ser más inseguridad. En cambio, si una persona padece de inseguridad, y se enfoca en las áreas que más domina, encuentra energías e inspiraciones para seguir creciendo. Al final, se fortalecerse de tal forma que su inseguridad empieza a disminuir. He allí el secreto.
2 corintios 4:18 nos dice, “Por lo tanto, no importa lo que ahora no se ve, sino que fijamos la mirada en lo que todavía no vemos. Porque lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve no cesará jamás”. ¿Cuántas personas en el mundo se enfocan en lo que no funciona? Dirá la trabajadora social, Paula Vargas, “Me ha tocado enfrentar en los últimos tiempos una serie de eventos tristes y dolorosos pero llenos de aprendizaje para mi formación como persona. Hechos como un percance en el aterrizaje del avión en el que venía donde sentí que la muerte me alcanzaba, pero no solo eso sino también mi carro lo presté y lo chocaron. Allí no termina todo, enfrentando enfermedades que incluso requirieron de hospitalización y la muerte de quien fuera para mí la mujer más hermosa y alegre: mi madre.”
A pesar de lo vivido, dice Paula, “Apliqué un concepto que aprendí en la certificación de psicología positiva, darse permiso para ser humano lo cual tiene que ver con sentir emociones dolorosas para luego poder disfrutar y reconocer emociones positivas. Entonces le di la bienvenida a sentir temor, dolor, angustia, colera y hasta desesperanza a partir de una aceptación incondicional de todo lo que estaba viviendo, lo cual me ayudo a enfocarme en lo que funciona.” Vargas nos comparte que fue así como empezó a ver cada evento mencionado como una oportunidad para crecer y para encontrarle significado a su existencia. Su caso nos deja ver la diferencia entre estar abierto a las oportunidades que nos llegan en la vida y el lamento constante por lo que no nos funciona. Vargas agrega que luego del gran susto que sintió en la tragedia del avión, le dio gracias a Dios por seguir viva, se dispuso con entusiasmo a disfrutar del viaje, dio gracias que su cuerpo estaba sano, y le dio gracias a Dios por la solidaridad de familiares y amigos quienes le facilitaron sus vehículos para seguir adelante.
Pasamos por muchas dificultades y es normal que nos enfocamos en ellas, pero todo con límites. A veces nos traumatizamos tanto que nos enfocamos exclusivamente en lo que está fuera de nuestro control. Es de humanos impactarnos por lo que sucede en nuestro alrededor, sin embargo, estamos llamados a ver la luz y no las tinieblas de nuestro caminar. La escritura nos anima a enfocarnos en los planes de Dios para cada uno, como lo dice Jeremías 29:11, “Yo se los planes que tengo para ustedes, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro lleno de esperanza”. Disfrutar cada día que pasa en nuestras vidas es algo extraordinario y debería ser nuestro propósito. Hoy los invito a tomar un pequeño respiro y preguntarse si realmente están enfocados en lo que está funcionando en sus vidas.
Si su enfoque esta cementado en lo negativo, es tiempo de dar el giro necesario, como se lo dice San Pablo a los efesios 5:15, “Tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno”. Hay dos opciones: Escuchar la palabra de Dios o escuchar la palabra humana. Yo me quedo con la palabra de Dios que da vida.
Hay muchas palabras vacías en nuestra cultura, nuestros trabajos, nuestros hogares, y en nuestras relaciones. Estas son palabras sin fruto alguno que solo nos dañan y destruyen. Esto lo vemos todos los días en algunas redes sociales. La destrucción y el sinsentido no son la voluntad del creador del mundo. Si nos conectamos directamente con Dios, tendremos su inspiración y podremos concentrarnos en habilidades, fuerzas, dones, y comportamientos que nos llevan al gozo y a la paz. Para concluir, deseo que cada uno discierna sus nuevos comienzos del 2024 y tome la decisión de enfocarse en lo bueno que el creador ha puesto en tu vida. Que Dios les ayude a descubrir cuanto pueden avanzar cuando eligen enfocarse en todo lo que está funcionando bien en sus vidas. Si nos disponemos, tendremos todo como lo dice Jesús en Mateo 6:33, “Busquen el reino de Dios… y Él les dará todo lo que necesiten”.
Que el Señor los siga bendiciendo, ¡Amen! Bendiciones,
Padre Alvaro+
