El espíritu de Dios transciende todo lo humano y se manifiesta de diversas formas: sabiduría, fortaleza, entendimiento, temor a Dios, devoción al espíritu, conocimiento íntimo de Dios y en orientación de vida de acuerdo con los propósitos del señor. Cuando interiorizamos nuestros pensamientos y devoción podemos tocar lo más valioso del ser humano, lo inmaterial, lo espiritual. “Algunos afirman que todo es materia, que solo existe lo tangible, sin embargo, si nos quedamos solo en ese plano, limitamos la expansión del ser”. (Doctor Mario Alonso Puig.)
¿Consideras que tu camino es difícil y te cuesta avanzar? Debemos considerar como están nuestras habilidades humanas. Al mirar el entorno en general encontramos tristeza, desorientación y frustración. Muchos a veces somos pesimistas o llenos de sentimientos pobres. Algunos se llenan de odio y hacen sus vidas miserables. En algunos casos, la única solución que encuentran a sus limitaciones es terminar con su proceso de vida. El mundo actual nos deja ver que estamos fallando como humanidad. Esta falla puede ser el resultado de nuestro apartamiento de Dios y de su Espíritu Santo, quien nos llena de dones para enfrentar dichas adversidades de la vida. La oración y nuestra relación cercana con Dios nos ayuda a encontrar el norte y la resolución de nuestros problemas. Esto lo vemos en Habacuc, cuando le pidió a Dios que sacase a su pueblo del camino de la desolación.
Hoy mas que nunca el mundo necesita buscar el Espíritu Santo de Dios y pedirle que nos llene de sus dones para vencer el temor con amor, las adversidades con fortaleza, los obstáculos con sabiduría. El mundo de hoy es retador para todos, por esto les invito a vivir desde la empatía. La empatía por el otro nos ayuda a encontrar a Dios en nuestros hermanos y a servirle con amor. Vinimos al mundo a ser felices y a ayudar. Es más, ayudar a nuestro prójimo nos hace felices y nos acerca a la divinidad de nuestro Dios y salvador, Jesucristo.
El Profeta Habacuc 3:2 nos dice, “Lo que oigo acerca de ti, Señor, y de todo lo que has hecho, me llena de profunda reverencia. Realiza ahora, en nuestra vida, tus grandes acciones de otros tiempos”. Los dones del Espíritu Santo nos capacitan para ser firmes en nuestra fe y para ser instrumentos efectivos del Dios vivo. ¿Te gustaría avivar la llama de Dios en tu vida? Si la respuesta es positiva, vivirás a Cristo en su máxima expresión en tu vida, como lo dice Pablo, “vivo, ya no yo, sino que Cristo vive en mi”. Cuando contemplamos la gloria de Cristo nos transformamos en su imagen.
Por otro lado, dirá el reconocido teólogo Luis Martínez, “El amor personal del creador y su hijo es un amor único. Cuando el ser humano está disponible al Espíritu Santo, este convierte su interior en una morada para luego manifestarse con sus dones. El don más grande del amor de Dios es su amor mismo y todos los dones emanan de esa fuente. Dios nos ama por medio del Espíritu Santo.”
Se acerca pentecostés y es una nueva oportunidad para entregar nuestra vida a Dios, recibir sus dones y transformar nuestras vidas. Cuando nos rendimos al Espíritu Santo, El toma posesión de nuestro ser y hace florecer los dones que ha puesto en nosotros. Hechos 4:31nos dice, “Todos fueron llenos del Espíritu Santo y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno”. El rey David en el salmo 51: 10 le pide a Dios, “Crea en mí, oh, Dios un corazón limpio y renueva la firmeza de mi espíritu. No me alejes de tu presencia ni me quites tu santo espíritu…que un espíritu obediente me sostenga”. Amén.
Que El Señor les siga bendiciendo con los dones de su Espíritu Santo, para que vivan una vida autentica de amor, empatía, paz y servicio. ¡Amen!
Padre Alvaro+
