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DIOS HABLA EN EL DESIERTO

DIOS HABLA EN EL DESIERTO

by The Reverend Dr. Alvaro Pinzon on February 14, 2024

No puedo imaginarme cuántas veces Dios nos ha estado hablado y no lo hemos escuchado. ¿Cuántas veces hemos escuchado la voz de Dios y no la hemos seguido? Así lo dice la escritura en Deuteronomio 6: 4, “Escucha Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”. ¿Cuántas cosas evitaríamos si estuviéramos atentos a escuchar la voz de Dios? ¿Cuántas oportunidades Dios no ha dado de conocerlo? Y lo que yo escucho son quejas, “¿Dónde estaba Dios cuando sucedió la pandemia o el tornado? En este mismo sentido cabe la pregunta, ¿Cuál es la búsqueda más importante del ser humano en el mundo de hoy? Muchos vamos caminando sin escuchar a Dios, sin rumbos claros y sin sentido.  

Otro elemento interesante sobre el desierto es que en la biblia aparecen una diversidad de desiertos: Paran, Sinaí, Judá, etc. Existen diferentes escenarios de entrenamiento para nuestra vida espiritual, emocional, mental, corporal porque Dios nos ama en nuestra totalidad. Además, en la Biblia el desierto es un campo de entrenamiento, lo cual me ayuda a entender la razón por la cual Dios padre permitió que su hijo fuera llevado al desierto antes de entregar su vida por la redención del mundo.   

Prepararse en el desierto para una misión transcendental es loable, especialmente cuando se tiene la convicción y la pasión por algo importante en nuestras vidas. Jesús antes de entregar su vida por la humanidad fue llevado al desierto a un entrenamiento único bajo la dirección del Espíritu Santo. El concepto de desierto como lugar de entrenamiento nos ayuda a comprender lo importante que fue este lugar para el hijo de Dios. Mateo 4:1 describe el evento de esta manera, “Entones Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo”.  Cuando no estamos entrenados para algo, somos más vulnerables a las amenazas del enemigo. El entrenamiento básico para nuestra misión como cristianos es vital para nuestro éxito como discípulos de Jesús. Se puede comparar este entrenamiento a una carrera atlética, mientras más entrena el atleta más posibilidad de éxito tiene.   

El hijo de Dios es el camino para ir al Padre, su estadía en el desierto puede verse como la forma pedagógica que Dios usa para ensenarle a sus hijos como entrenar su espíritu, corazón y mente antes de enfrentarse a las fuerzas del mal. El desierto es un lugar de entrenamiento, de prueba y aprendizaje donde se miden las fortalezas y debilidades del ser humano. Deuteronomio 8:2 nos dice, “Acuérdate de todo el camino que Yahvé tu Dios te ha hecho recorrer durante estos 40 años en el desierto para probarte y para conocer las intenciones que llevabas: si ibas a guardar sus mandamientos o no”. 

Ante el inicio de los cuarenta días de entrenamiento en esta Cuaresma de 2024, es importante tener presente lo oportuno que es este tiempo. Todos estamos en la necesidad de ser mejores creyentes para aprender a depender y esperar de Dios, como lo dice el profeta Jeremías 2:1, “Me he acordado de ti, del cariño de tu juventud, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en una tierra no sembrada”. En el desierto el pueblo de Israel mantuvo una relación pura con Yahvé, un idilio de amor.  En aquella tierra no sembrada Israel dependía de Dios para su subsistencia y esto es un llamado para cada uno de nosotros que estamos pensando en hacer una buena cuaresma.

El pueblo de Israel obtiene lo que necesitaba de modo que no sobraba ni faltaba nada. Al que intentaba acaparar se le podría o se le dañaba lo que guardaba. Israel aprendió entonces a esperar de Dios el pan de cada día porque Yahvé exige una entrega sin reservas.  Podemos decir que en el desierto se consumó la elección de Dios. En el desierto Dios se entregó por entero a su pueblo y nadie pudo interponerse en esta relación, como lo dice Deuteronomio 32:10, “Los encontró por el desierto, por tierras secas y azotadas por el viento; los envolvió en sus brazos, los instruyó y los cuidó como a la niña de sus ojos…”.  

Jesús fue llevado por el espíritu al desierto como parte esencial de la prueba de su carácter mesiánico y su lucha con las fuerzas malignas. Sus 40 días allí recuerdan los 40 años de la tentación y de la tribulación que Israel hubo de soportar en las tierras desoladas del Sinaí.  Así mismo cada uno de nosotros estamos llamados a escuchar a Dios, Debemos tomar las áreas desprovistas del espíritu, del amor y la sabiduría de Cristo para que el Espíritu Santo nos llene con su presencia. Solo así, estaremos listos para afrontar las diferentes batallas contra el maligno en tiempos difíciles. Buena cuaresma para todos. Amen.

Que el Señor los bendiga,

Padre Alvaro+

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