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HUMILDAD Y GENEROSIDAD

HUMILDAD Y GENEROSIDAD

by Fr. Naty Menjivar on October 01, 2025

Hace como cuatro domingos anteriores, para ser mas exacto el Domingo 31 de Agosto la leccion que jesus nos daba era sobre la humildad y la generosidad en donde hoy pongo por escrito alguna reflexion sobre ello. Hablar de humildad no parece un tema muy moderno. En el libro deutrocanonico de Eclesiastico 3:17-18.20.28-29 nos dice: “Hazte Pequeno y alcanzarás el favor de Dios. En tus asuntos procede con humildad”. De esta manera seremos simpáticos a los demás: “te querrán más que al hombre Generoso”.  Y además ante Dios quedaremos mejor: “alcanzarás el favor de Dios…porque revela sus secretos a los humildes”. También nos dice que es sensato escuchar a los sabios, y no a los cinicos: “aprecia las sentencias de los sabios, el oído atento a la sabiduría se alegrará”. Todo el que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.

Jesus aprovecha que ha sido invitado a comer en casa de un fariseo importante para dar a los presentes una ensenanza sobre la humildad “no te sientes en el puesto principal…vete a sentarte en el último puesto…”  y Tambien sobre la generosidad desinteresada “no invites a los vecinos ricos…invita a pobres que no pueden pagarte”. Jesus dedica una ensenanza a  los invitados a quienes ve preocupado por los primeros puestos, y otra ensenanza al anfitrion, que se muestra selectivo a la hora de dar invitaciones a su comida. Esta lección de sencillez nos viene bién a todos: a los ninos, a los jóvenes, y adultos. Del Evangelio destacamos tres directrices en que la humildad nos resulta beneficiosa. 

  1. Al humilde lo quiere Dios: “todo el que se enaltece será humillado, y el que se humille será enaltecido”. Si por alguien tiene predilección Dios, y Cristo, es por los débiles, por los últimos, por los pequenos, los que no están pagados de si mismos.
  2. Al que es discreto y modesto en sus pretenciones, al que es humilde y no está siempre hablando de si mismo, alabando sus cualidades y riquezas, le quieren todos. Al orgulloso y engreido, o le desprecian o le tienen envidia. Cuanto más grande es una persona en su interior, menos se hace valer y más sencilla es en el trato con los demás. Y esto hace que se le tenga más aprecio.
  3. La humildad nos hace bién sobre todo a nosotros mismos. El ser humildes, o sea, modestos en la autoestima, afecta a la raíz de Nuestro ser: nos hace conocernos y aceptarnos mejor a nosotros mismos. El que es humilde, se ahorra muchos disgustos y goza de una mayor paz y armonia Mientras el Orgullo nos impide abrirnos a Dios, abrirnos al prójimo, y nos hace abrirnos demasiado a nosotros mismos. La humildad corrige la triple deficiencia: nos abre a Dios, nos abre a los demás, y nos Cierra en cierto sentido a nosotros mismos, relativizando nuestra autoestima.

 Padre Naty+

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