Hace como cuatro domingos anteriores, para ser mas exacto el Domingo 31 de Agosto la leccion que jesus nos daba era sobre la humildad y la generosidad en donde hoy pongo por escrito alguna reflexion sobre ello. Hablar de humildad no parece un tema muy moderno. En el libro deutrocanonico de Eclesiastico 3:17-18.20.28-29 nos dice: “Hazte Pequeno y alcanzarás el favor de Dios. En tus asuntos procede con humildad”. De esta manera seremos simpáticos a los demás: “te querrán más que al hombre Generoso”. Y además ante Dios quedaremos mejor: “alcanzarás el favor de Dios…porque revela sus secretos a los humildes”. También nos dice que es sensato escuchar a los sabios, y no a los cinicos: “aprecia las sentencias de los sabios, el oído atento a la sabiduría se alegrará”. Todo el que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.
Jesus aprovecha que ha sido invitado a comer en casa de un fariseo importante para dar a los presentes una ensenanza sobre la humildad “no te sientes en el puesto principal…vete a sentarte en el último puesto…” y Tambien sobre la generosidad desinteresada “no invites a los vecinos ricos…invita a pobres que no pueden pagarte”. Jesus dedica una ensenanza a los invitados a quienes ve preocupado por los primeros puestos, y otra ensenanza al anfitrion, que se muestra selectivo a la hora de dar invitaciones a su comida. Esta lección de sencillez nos viene bién a todos: a los ninos, a los jóvenes, y adultos. Del Evangelio destacamos tres directrices en que la humildad nos resulta beneficiosa.
- Al humilde lo quiere Dios: “todo el que se enaltece será humillado, y el que se humille será enaltecido”. Si por alguien tiene predilección Dios, y Cristo, es por los débiles, por los últimos, por los pequenos, los que no están pagados de si mismos.
- Al que es discreto y modesto en sus pretenciones, al que es humilde y no está siempre hablando de si mismo, alabando sus cualidades y riquezas, le quieren todos. Al orgulloso y engreido, o le desprecian o le tienen envidia. Cuanto más grande es una persona en su interior, menos se hace valer y más sencilla es en el trato con los demás. Y esto hace que se le tenga más aprecio.
- La humildad nos hace bién sobre todo a nosotros mismos. El ser humildes, o sea, modestos en la autoestima, afecta a la raíz de Nuestro ser: nos hace conocernos y aceptarnos mejor a nosotros mismos. El que es humilde, se ahorra muchos disgustos y goza de una mayor paz y armonia Mientras el Orgullo nos impide abrirnos a Dios, abrirnos al prójimo, y nos hace abrirnos demasiado a nosotros mismos. La humildad corrige la triple deficiencia: nos abre a Dios, nos abre a los demás, y nos Cierra en cierto sentido a nosotros mismos, relativizando nuestra autoestima.
Padre Naty+