Somos lo que elegimos, ni más ni menos, elige ser feliz y tendrás momentos extraordinarios en tu día a día. Proverbios 15:15 nos dice “Si estás triste los días son malos, si estás feliz los días son de fiesta”. 

En mi ministerio sacerdotal me he encontrado con toda clase de personas. Alegres, tristes y ambivalentes. Sin embargo, si me pregunto con quién disfruto compartir más, con toda sinceridad debo responder que con personas alegres. Las escrituras lo dicen de una forma clara. Un corazón alegre es la mejor medicina, un ánimo triste deprime a todo el cuerpo, Proverbios 17:22.  

La lectura de proverbios nos da una pista de lo que hace la tristeza y de lo que sucede cuando todo lo deseamos hacer a nuestra manera, sin contar con la voluntad de Dios y alejados de su amor terminamos en desilusión, nada como cuando caminamos de la mano de él. Dios desde su creación puso dentro de cada uno de nosotros su poder, su amor y su sabiduría. Estos tres dones son parte fundamental de la dicha humana. He allí el secreto de la felicidad cuando logramos conectarnos con su plan original. Cuando descubrimos esa conexión de nuestro ser, todo toma significado y cambia de perspectiva.

Descubrir lo que Dios ha puesto en cada uno de nosotros es verdaderamente transformador. Ahora bien, si dejamos la dimensión interior de nuestras vidas y nos enfocamos en el exterior y lo superficial, encontraremos todo lo que estamos viendo en el mundo de hoy, desolación, angustia y desesperanza.

 Nos podemos preguntar para ir al fondo de la realidad. ¿Dónde reside la fuerza motora del ser humano? ¿Está en su interior o en su exterior?

Rousseau decía. “el hombre nace siendo bueno, la sociedad lo corrompe”. Sin embargo, podemos decir que todos somos dueños de nuestras acciones y cómo decidimos afrontar las diversas situaciones de la vida. Cada uno elige libremente y de forma interna como desea sentirse. He aquí el punto central de nuestro tema. Elige ser feliz, aunque tu entorno no sea favorable. Si agradas a tu creador sucederán cosas sorprendentes. En la biblia encontramos numerables ejemplos de lo que es vivir en la gloria de Dios. José de Egipto eligió ser feliz a pesar de su entorno adverso, donde fue acusado injustamente por sus hermanos y por la esposa del guardia del faraón.

Hablando de felicidad desde la parte profesional, la Psiquiatra Dra. Marián Rojas, dice que la felicidad es la capacidad de gestionar lo bueno y lo malo que nos sucede cada día. Entonces podemos decir que el secreto de la felicidad está en balancear y disfrutar lo bueno y lo malo que nos pasa cada día y sacarle el mayor provecho.

La felicidad no es instantánea, como parece ser en las redes sociales, o momentos fugaces. La felicidad está en ir logrando gradualmente los objetivos de cada uno y disfrutar los logros a medida que pasan. La felicidad depende entonces de la interpretación adecuada de lo bueno y lo malo del día a día que sucede tanto en nuestro mundo interior como exterior.   En otras palabras, a este punto de nuestro tema es necesario reconocer lo que le da sentido a la vida y lo meramente sensorial. Además, lo que da sentido a nuestro ser está ligado con nuestro interior, lo demás son sensaciones externas a nosotros.      

El filósofo Sócrates consideraba que lo estimable y de valor es lo que da sentido a la vida. Así mismo, Jesús lo expresa diciendo: “dichosos los justos, los pacificadores, los limpios, los compasivos, los que confían y se refugian en mi Padre”.

Elije por tanto estar siempre alegre como lo recomienda San Pablo.

Amén.